viernes, 15 de mayo de 2009

Nuevo Menu OTOÑUS



Guisantes y comidas calientes que combinan vegetales y variedades de
cereales poco conocidos o ingeridos, que comienzan a clamar por
un lugar en nuestra mesa. Animate!


CAZUELA CON CEBADA
porotos negros, cebolla colorada, ají dulce, papas, batata, pulpa de tomate, ajo y sésamo

RATATOUILLE
cebollas, pimientos rojos, ajo, berenjena, papas o batatas y tomates.

QUINOA +GARBANZOS
calabaza, zanahoria, cebolla, verdeo, repollo.

GUISO DE VERDURAS Y ARROZ + MIJO
tomate, zanahoria, papas, chauchas, apio, puerro, zapallitos y choclo.

ARROZ YAMANI+ VEGETALES VERDES Y NARANJAS
bruselas, brócoli, zapallitos, chaucha, calabaza y zanahoria.

GUISO DE LENTEJAS
cebolla de verdeo, morron, puerros, tomate, zanahoria, batata, calabaza.

GUISO DE POROTOS ADUKI
con trigo burgol, cebolla, zanahorias, morrón, apio, puerro y calabaza.

CAZUELA DE TRIGO
cebolla, morrón rojo, zanahorias, tomates, apio, ajo, tomillo y jengibre.

jueves, 14 de mayo de 2009

SALve Dios!



“La sal de mesa común que ha invadido el mercado de Estados Unidos en los últimos 50 años, parece ser un subproducto de la manufactura de armas. Las grandes compañías (como la Morton Thiokol, fabricante de combustibles para cohetes) refinan sal para extraer ciertos minerales que luego utilizan en sus producciones bélicas y espaciales. En el proceso de refinación industrial, la sal de mesa pasa por temperaturas de 670ºC, lo cual altera definitivamente su natural estructura cristalina” .
(Dra. Sherry Rogers .“La cura se encuentra en la cocina")

el 93% de la sal que se refina en el planeta está destinada a
fines industriales no alimentarios

un 4% es utilizado por la industria alimentaria como conservante

el 3% restante se destina al uso como sal de mesa

- …y de paso la mesa liga los beneficios de la excelente pureza de la refinación industrial
y las personas se benefician al disponer de un producto inmaculado y que no se apelmaza...-


SALve DIOS!
extraido y reeditado del libro “La Sal”
de Néstor Palmetti
(Técnico en Dietética y Nutrición Natural)

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viernes, 20 de marzo de 2009

jueves, 19 de marzo de 2009

Nota

Como la mayoría de ustedes me crié en una cultura de masa y carne, de empanadas, pastas y asados, torta fritas, churrascos, medialunas, sanguches. Siempre comí de todo. Incluso verduras. Episodios con la comida, que recuerde, varios: unos fideos con aceite y ajo que no me gustaban para nada pero mi madre me obligo a comer un día y me dio una arcada. Mi hermana chiquita atragantándose con un raviol. Descubrir la berenjena al escabeche. Intoxicación de pequeña con la ingesta de un tomate o manzana en una chacra vecina (con plaguicida o símil). Volvía a mi casa y el mundo daba vueltas. Episodio no claro. Vomitar todo lo que había comido en un cumpleaños de Marina, una amiga, cuando teníamos 7 u 8 años (sobre todo salchichas). 

Salvo aquellos fideos y algún que otro colchón de arvejas, las comidas que preparaba mi madre eran de luxe (lo que podía ver en comparativa al entorno). Ella siempre nos pedía (a mi hermana o a mi) alguna colaboración en la cocina. Nos indicaba que hagamos una ensalada que debía estar lista cuando ellos (padres) llegaban del trabajo a almorzar todos los mediodías. Muchas veces llegaba y nos habíamos olvidado de “hacer la ensalada” y entonces lo pedía manifestando cierto fastidio por nuestro proceder olvidadizo y aleatorio propio de la adolescencia. 

Un día llegó y se la notaba un tanto turbada. 
Como no había nada a la vista indicó: hace una ensalada. 
Ya la hice, repliqué (estaba en la heladera). 
Ella agregó: bueno, hace otra. 
Y la idea de la ensalada quedo clavada en mí. 

Este y otros traumas, sumado a que en mi familia se hablaba permanentemente de comida, me produjo un rechazo que me condujo a dejar de comer y llegar a padecer algún tipo de trastorno alimentario nunca diagnosticado. Luego una nutricionista dijo que estaba un poco “desnutrida” y me indico seguir una dieta pero no me curó. El punto es que yo necesitaba interesarme en la comida desde una comprensión profunda acerca del sentido que tiene para la vida. No podía interesarme en la comida desde el imperativo “DEBES ALIMENTARTE”. 

Fui leyendo una serie de artículos al respecto hasta que una amiga divina (Clara) puso en mis manos Salve su cuerpo, un libro de Catherine Kousmine. A pesar de que el nombre del libro es fatal, su contenido es vital. Era la primera bibliografía que encontraba completa, explicando incluso los procesos de industrialización que deterioran el grado nutricional de los alimentos. 

Con el Método Kousmine y “la ensalada” como impronta, fui restableciendo un orden natural y siguiendo pistas de médicos, investigadores y terapias que me llevaron a dar con información muy rica y variada que voy seleccionando y difundiendo en la medida que lo veo necesario, vital o urgente. En todo caso, los cambios de hábitos alimentarios llevan mucho tiempo y cada uno hace su proceso a un ritmo muy personal. El tema es que con una cuestión tan básica y vital para la salud, no creo conveniente postergar mucho más el principio del proceso. 

Eugenia


domingo, 30 de noviembre de 2008

98% MONOS




Hay muchas cosas que podemos hacer para mejorar nuestra calidad de vida.
CALIDAD DE VIDA significa buen nivel de energía, adecuado manejo del estrés, retardo del proceso de envejecimiento y ausencia de los desequilibrios que llamamos enfermedad. Si nos auto reparamos, nos auto depuramos y nos auto regeneramos ¿por qué se degrada nuestra calidad de vida?, ¿por qué nos resignamos a la mediocridad, conviviendo con enfermedades crónicas y degenerativas?, ¿por qué esperamos un diagnóstico grave, para recién entonces comenzar a modificar los hábitos nocivos?.

¿Por qué nos ocurren estas cosas?
- Vivimos menos y peor
- Envejecemos más rápido
- Los niños tienen problemas de viejos
- Nos falta energía
- No manejamos el estrés
- Nos resignamos a la mediocridad
- Convivimos con enfermedades crónicas
- Aumentan las afecciones degenerativas
- La ancianidad no se vive con dignidad; se padece

La calidad de vida depende únicamente de nosotros y podemos mejorarla a través de cosas sencillas que podemos incorporar en nuestra rutina diaria, beneficiando a todo el entorno familiar.

¿Que hay detrás de una persona estresada?
- Desorden nutricional: excesos y carencias
- Síntesis hormonal desequilibrada
- Acidosis orgánica; falta de alcalinidad
- Mal función intestinal
- Y sobre todo, colapso hepático

El hígado controla la vitalidad, el estado emocional y la claridad mental de una persona. Un hígado sobrecargado y colapsado generará: depresión, cólera, irritabilidad, mal humor, violencia, agresión, estrés. Entonces, ¿no es más correcto decir que una persona está intoxicada en lugar de rotularla como "nerviosa" o "estresada"?

LA CAUSA PROFUNDA: EL ENSUCIAMIENTO CORPORAL
Los modernos problemas de salud no son más que distintas manifestaciones del ensuciamiento corporal, problema generado en las últimas décadas a causa de nuestra antinatural alimentación artificializada y la total ausencia de trabajo depurativo de mantenimiento. El Dr. Jean Seignalet, catedrático francés que investigó el tema durante décadas en miles de pacientes con enfermedades crónicas y degenerativas, demostró la incidencia de la moderna alimentación como causa profunda de las principales patologías actuales, muchas de ellas consideradas "incurables" por la ciencia.

El problema comienza cuando los alimentos que ingerimos no están adaptados a nuestra fisiología. Entonces la digestión de la comida es insuficiente, la flora se desequilibra, se genera putrefacción, inflamación y enlentecimiento del bolo alimenticio. Esta combinación de factores genera un peligroso incremento de la permeabilidad intestinal, lo cual permite que gran cantidad de macromoléculas alimentarias y bacterianas, atraviesen fácilmente la delgada mucosa intestinal. De ese modo, gran cantidad de sustancias inconvenientes se vuelcan rápidamente al flujo sanguíneo, generándose graves problemas ulteriores, como el colapso de la función hepática y el "tilde" del sistema inmunológico. Dicho de otra manera, en condiciones normales, lo toxico y no digerido, se elimina; actualmente, lo toxico y no digerido, se absorbe.

¿CÓMO EMPEZAR? LIMPIAR Y NO ENSUCIAR

Frente a esta problemática que, en mayor o menor medida, nos afecta a todos, es importante tener en claro la necesidad de trabajar en dos frentes al mismo tiempo: limpiar y no ensuciar. Es primordial comenzar con un necesario y profundo trabajo depurativo. Esta sencilla práctica llamada ayuno semanal frutal (que consiste en abstenerse un día del consumo de “comida” y alimentarse e hidratarse mediante frutas) conviene realizarla un día a la semana, con el auxilio de frutas de estación, bien maduras y de reducida variedad.

Es prioritario ocuparnos de limpiar nuestros órganos de eliminación (emuntorios), focalizando la atención en los intestinos y el hígado, que son los órganos mayormente solicitados y principalmente colapsados por la toxemia crónica.

ALIMENTOS QUE CURAN Y QUE NO

Mientras depuramos, es básico corregir el desorden nutricional responsable de nuestro ensuciamiento corporal. Tan importante como las cosas que conviene introducir en la dieta, son aquellas que deben eliminarse. A menudo los beneficios de los nuevos aportes, son neutralizados por el nefasto efecto de los alimentos artificializados y ensuciantes que seguimos ingiriendo.

Debemos tomar consciencia que el organismo se renueva diariamente (en un año cambiamos el 98% de los átomos del cuerpo) y la calidad de dicha renovación depende de la calidad de nutrientes que ingerimos. El organismo no puede hacer milagros: mala calidad de nutrientes implica mala calidad de células nuevas, mala calidad de los órganos que se renuevan y consiguiente aumento de la toxemia corporal.

Resulta importante aprender a identificar los alimentos ensuciantes o no fisiológicos, para limitarlos o descartarlos de la dieta cotidiana, la cual debería basarse en alimentos más genuinos y mejor adaptados a nuestra natural capacidad digestiva. El alimento fisiológico es aquel que puede ser correctamente procesado por las enzimas digestivas, las mucinas y la flora intestinal. En resumen, es el alimento ancestral; que nutre, vitaliza y depura.

Dado que genéticamente somos 98% monos, nuestra fisiología digestiva está preparada para frutas, semillas, tubérculos y hojas. Por una cuestión de supervivencia, el ser humano tuvo que adaptarse a la cocción y a la proteína animal. Luego la tecnología nos introdujo el alimento industrializado y procesado, con el artificial aporte de la síntesis química.

Resulta obvio que el alimento moderno
- No es fisiológico y no se digiere correctamente
- Genera excesos y carencias nutricionales
- Consume energía y no proporciona vitalidad
- Aporta muchas sustancias tóxicas
- Provoca ensuciamiento crónico

En primer lugar pasaremos revista a aquellos alimentos que deberíamos descartar de nuestra ingesta diaria o al menos reservarlos para fines de semana o eventos sociales; no es importante la excepcionalidad sino la cotidianeidad de nuestra ingesta.

ALIMENTOS ENSUCIANTES

Refinados industriales
azúcar blanca
harina blanca
arroz blanco
aceites refinados
sal refinada
gaseosas
panificados
golosinas
alimentos industrializados

Margarinas
aceites vegetales hidrogenados y los alimentos que los contienen
helados
lácteos
golosinas
papas fritas
panificados

Productos animales de cría industrial
incluidos los lácteos y sus derivados

Almidones (harinas, legumbres) mal procesados
sin la correcta humectación, cocción y masticación

Soja
en forma de poroto, harina, texturizado, aceite refinado, proteína aislada o jugos
(debido a que casi el 100% de la soja que se cultiva en Argentina es transgenica y tiene por destino la exportación para el alimentado de ganado en varias partes del mundo).

Alimentos cocinados por encima de los 100ºC
(ebullición)

Edulcorantes y aditivos sintéticos
y los alimentos que los contienen


ALIMENTOS FISIOLÓGICOS

Los tres grupos fundamentales de una despensa saludable deberían ser frutas, hortalizas y semillas. Todos los elementos de estos grupos son recomendables; en el caso de los vegetales frescos, son preferibles aquellos del lugar, de la estación y madurados naturalmente. También es recomendable consumirlos preferentemente crudos o ligeramente cocidos, salvo los amiláceos (papa, batata, zapallo). Frutas y semillas son ideales componentes de meriendas. Las semillas pueden dar lugar a saludables germinados, leches y mantecas vegetales, granolas.

Otros dos grupos importantes son cereales y legumbres. En este caso se sugiere el uso de granos enteros, bien cocidos y correctamente masticados. Esto evita el masivo problema de los almidones mal procesados. La combinación de un cereal y una legumbre en una misma comida garantiza la calidad de la ingesta proteica.

Luego su ubican otros grupos complementarios de una despensa saludable: algas, aceite, condimentos, proteínas, endulzantes, bebidas y suplementos. Las algas marinas aportan minerales, fibra soluble y excelentes efectos protectivos; se aconsejan para acompañar la cocción de cereales y legumbres. Los aceites son la principal fuente de ácidos grasos esenciales, razón por la cual deben ser de presión en frío, sin refinación y usados en crudo (solo el oliva es recomendable para exponer al fuego). Los condimentos aportan gran cantidad de beneficios, sugiriéndose el uso de mucha variedad y poca cantidad; sin dudas que el principal condimento es la sal marina no refinada.

A nivel proteínas, consumiendo variedad, complementación y rotación de los alimentos antes citados, no puede haber carencias; por el contrario, el problema moderno es el exceso proteico. En caso de necesidad, se puede recurrir a huevos caseros, polen de abejas, algas espirulina, frutos de mar o legumbres. En materia de endulzantes podemos usar azúcar integral o rubia o miel de abejas, sin olvidar el saludable efecto dulcificante de las frutas pasas o la harina de algarroba.

Respecto a bebidas, debemos priorizar el agua, sin olvidar que frutas y hortalizas son la mejor fuente de agua biológica; pudiendo utilizarse las terapéuticas infusiones de hierbas o el saludable kéfir de agua que regenera la flora intestinal.

¿CON ESTO BASTA?

No. Para conseguir un resultado depurativo y saludable a partir de esta propuesta nutricional, hay otras cosas que deben ser tenidas en cuenta, dado que la mala metabolización, aún de un buen alimento, implica toxemia. En este sentido, resumimos una serie de consejos básicos para favorecer el correcto proceso metabólico de nuestra comida.

Personalizar la nutrición. Es imposible determinar las necesidades alimentarias reales de una persona, dado que influyen muchas variables: edad, actividad física, arquetipo biológico, época del año, lugar de residencia, clima, tipo de alimento, etc. Es ridículo pensar en término de gramos o calorías de alimento. Por tanto nadie mejor que uno para evaluarse a partir de una mayor sensibilidad y un buen equilibrio orgánico.

Respetar los ciclos naturales. A lo largo del día, el cuerpo tiene momentos específicos para sus funciones orgánicas; se recomienda un desayuno tardío (las primeras horas son de eliminación), un almuerzo importante (es cuando tenemos máxima potencia digestiva) y una cena temprana y liviana (al acostarse, la digestión debe estar concluida).

No comer cansados, tensos o sin apetito. Ambos estadios conspiran contra una buena metabolización. Es bueno relajarse y descansar un momento antes de comer. También resulta aconsejable atender a las señales de demanda interna, regulando las cantidades en lugar de comer por hábitos mecánicos. El metabolismo también se verá favorecido si comemos en ambientes tranquilos y distendidos.

Masticar a consciencia. La acción masticatoria no solo genera correcta insalivación (aporte enzimático) y ahorra trabajo digestivo, sino que estimula la inmunología a través de la absorción bucal de una hormona salivar (parotina) que se desaprovecha al tragar rápido.

Incrementar la actividad física y el reposo. Parecen cosas contradictorias, pero no lo son en absoluto. La actividad física, escasa hoy día, favorece los procesos depurativos y metabólicos. Por su parte el adecuado reposo, sobre todo el nocturno, también facilita los procesos regenerativos, metabólicos y desintoxicantes.

Tenernos paciencia. No olvidemos que al seguir estos lineamientos, estamos removiendo hábitos culturales muy arraigados y estamos saliendo de la adicción a los opiáceos presentes en productos de consumo masivo como lácteos y trigo. O sea que podemos vernos expuestos a una verdadera "crisis de abstinencia". Pero al mismo tiempo estaremos removiendo el estado de obnubilación mental que a veces nos impide establecer prioridades.

Evitar la represión de síntomas. Estamos condicionados a reprimir las variadas formas que tiene el organismo para compensar nuestro desorden interno. Fiebre, sudor, gripe, hipertensión, colesterol, anemia, hemorroides… no son más que síntomas del desorden interno e intentos de adaptación. No hay que luchar contra los síntomas (automedicándonos), sino entender las causas profundas que los generan y trabajar las sugerencias propuestas, a fin de reestablecer el orden natural.

Tener en cuenta las Cinco P
- Perseverancia: estamos removiendo décadas de condicionamiento y ello requiere mucha determinación.
- Pequeños Pasos: vayamos haciendo un cambio a la vez, a fin que el organismo pueda irse adaptando a las variaciones.
- Paciencia: estamos saliendo de adicciones y ello nos generará cierta irritabilidad y hasta ciertas "trampas" mentales.
- Plasticidad: siempre algo es mejor que nada; no demoremos el comienzo esperando tener todo resuelto.

Es importante tener presente que no hay soluciones "mágicas". Solo una suma de factores, entre ellos la toma de conciencia y nuestra voluntad, puede devolvernos el equilibrio y la plenitud de nuestro organismo. Tenemos derecho natural a ese estado; y lo lograremos si dejamos de resignarnos a la mediocridad. También hay que tener en cuenta que nada cura desde afuera hacia adentro; el verdadero equilibrio siempre se logra desde adentro hacia fuera.

CLASIFICACION BASICA DE ALIMENTOS

(CLICK PARA AGRANDAR)


ACEITE PRENSADO EN FRÍO

Un aceite prensado en frío es aquel que guarda las mismas características biológicas que tenía cuando se encontraba en su envase original "la semilla o el fruto".

A partir de la revolución industrial, se fueron utilizando métodos de extracción de aceites más sofisticados: calentando las semillas y lavándolas con solventes derivados del petróleo se lograron altos niveles de rendimiento con el consiguiente abaratamiento del producto final.

Esto transformó al aceite, de un alimento esencial, altamente nutritivo, multivitamínico, en un mero aporte calórico, una substancia desvitalizada, en muchos casos perjudicial para la salud.
La extracción de aceites prensados en frío se sigue realizando hoy en día en forma simple y artesanal. La semilla se descascara parcialmente y se limpia mediante ventilación y zarandeo para eliminar impurezas. Una vez limpia, se la lleva a la prensa: un extrusor a tornillo sin fin. Aquí se vigila especialmente que la temperatura generada por la porsión no supere los 45 ºC para asegurar la estabilidad molecular de los ácidos grasos poliinsaturados, evitando, también, la disolución de ceras y otras substancias.

En los primeros días, posteriores al prensado, el aceite se decanta en tanques de acero inoxidable, luego se filtra a través de elementos descartables de algodón y se envasa en botellas de vidrio oscuro para evitar su oxidación por acción de la luz.

El refinado se torna innecesario y el aceite conserva el suave sabor propio de la semilla de la cual proviene.
Para que el aceite prensado en frío sea sano debe, además, proceder de semillas de cultivo orgánico y, éstas, almacenarse en silos provistos de sistemas de aireación que permitan optimizar su conservación y frescura.

Por estar elaborado con materia prima orgánica certificada por organismos autorizados, por se extraído mediante procedimiento artesanal de reducido rendimiento y tener un envase que lo resguarde de la luz, este tipo de aceites llega al consumidor con un valor diferencial.

Deberemos tener en cuenta que los diversos aceites elaborados mediante primera presión en frío (girasol, lino, sésamo, germen de trigo, etc.), con sus propiedades individuales, no sólo son aderezos para las comidas y aporte calórico, sino un alimento esencial ya que aporta nutrientes que el organismo no puede elaborar por sí mismo a partir de otras sustancias.

Estos nutrientes son la vitamina E o tocoferol y los ácidos grasos poliinsaturados.
El aceite prensado en frió es alimento vital y terapéutico.
http://www.distribuidoraceres.com.ar/

Método Kousmine



En agosto de 1992, a los 88 años de edad, murió en Suiza la Dra. Catherine Kousmine sin que ninguna publicación médica oficial se hiciera eco de su desaparición. Tampoco durante su larga carrera dedicada a la investigación y tratamiento de enfermedades degenerativas, encontró el interés que merecía. Como una más de tantos científicos que han tenido la valentía de cuestionarse los conocimientos adquiridos, ella trabajó sin apoyo ni subvenciones. En el cerrado mundo del poder establecido, no hay lugar para los disidentes, sobre todo si no prometen ventas. Fueron sus éxitos clínicos con enfermos graves los que le proporcionaron un prestigio creciente. Poco a poco algunos médicos jóvenes se interesaron por sus trabajos y con el paso del tiempo se creó la «Association Médicale Kousmine Internationale», con sede en Dijon, cuya finalidad es la de proseguir y divulgar sus investigaciones.

La Doctora Kousmine nació en Rusia en 1904, en el seno de una familia acomodada. Desde 1908 su padre, pequeño industrial, la lleva a pasar el invierno a Suiza. En 1916, a causa de la guerra, se insatalan definitivamente en ese país.
«En los años 40 -cuenta su libro Salve su Cuerpo- el índice de cánceres aumentaba. Pensé que debía intentar comprender esta enfermedad. Instalé un laboratorio en la cocina de mi apartamento y estuve estudiando ratas durante 17 años. Busqué en el instituto Curie de París una especie de rata que desarrollaba cáncer mamario en un 90% de casos. En dicho Instituto eran alimentadas con comprimidos nutritivos, pero yo no podía pagarlos y les daba pan seco, trigo integral, zanahorias crudas y levadura de cerveza. Es decir, mezclaba una alimentación natural con otra desvitalizada, como el pan blanco. La proporción de tumores descendió al 50%. Al principio no comprendí la causa, pero más tarde supe que eran los alimentos crudos y naturales los que disminuyeron de forma tan importante el índice de tumores».

La Doctora Kousmine ha puesto a disposición de médicos y enfermos una larga experiencia para prevenir y tratar enfermedades degenerativas. Consciente del desinterés de sus colegas, afirmó: «el cambio de mentalidad pasará por los enfermos, no por los médicos». La esencia de su mensaje es que cada uno de nosotros es el directo responsable de su salud. Su concepto hipocrático de «SOMOS LO QUE COMEMOS» Y «NO HAY ENFERMEDADES DEGENERATIVAS SIN INTOXICACIÓN CRÓNICA DEL INTESTINO» dió forma a su método, basado en 4 pilares:

Alimentación sana: hay que reducir las proteínas animales y grasas saturadas, suprimir los azúcares, harinas y aceites refinados y sustituirlos por alimentos frescos, granos enteros y aceites prensados en frío.

Limpieza intestinal: las enfermedades degenerativas van estrechamente vinculadas a la intoxicación crónica que empieza en el intestino y el hígado. La práctica regular de enemas forma parte de su método.

Alcalinización de la orina: la dieta occidental es adificante. Para neutralizar dicha acidez el organismo debe recurrir a sus reservas de sales minerales, creándose una carencia de los mismos, que hay que corregir.

Suplementación con vitaminas y minerales: la dieta occidental es excesiva, pero crea muchas carencias, en particular de vitamina F, al consumir aceites refinados y grasas saturadas. Los suplementos en vitaminas y minerales formaban parte también de su método. El resultado de poner en práctica este método es que a los pocos meses aumenta el potencial de salud y bienestar del paciente.

PAUTA DIETÉTICA KOUSMINE

LO QUE NO SE DEBERÍA DESAYUNAR: Café con leche, tostadas de pan blanco, mantequilla, mermelada, croissan, bollería en general. Es importante que los niños dejen de comer bollería, porque lejos de alimentarles, les crea carencias alimentarias, estreñimiento, caries, les baja las defensas, etc. Tampoco insistir en la leche si no les gusta, pues es muy alergénica. Prepárale una bolsita con frutos secos, pipas crudas, nueces, etc. y fruta del tiempo.

DESAYUNO: Crema Budwing (ver Joahnna Budwing)

ALMUERZO
25% de alimentos crudos
25% de verduras hervidas o mejor al vapor
25% de cereales integrales (o patata, también al vapor)
25% de proteínas (huevo, lentejas, alubias, garbanzos, habas, guisantes) o bien unos cuantos frutos oleaginosos (nueces, almendras, avallanas) crudos.

Complementos: Aliñar la ensalada y verdura con aceites prensados en frío, no refinados (la Dra. Kousmine aconsejaba el aceite de girasol, aunque en el Estado español existe más tradición del aceite de oliva. De todas formas debe ser virgen, de primera prensión en frío).

Se pueden confeccionar salsas para realzar el sabor de los alimentos, puesto que al evitar las frituras, planchas, hornos a alta temperatura, etc., el sabor es más suave. Las salsas pueden realzar dicho sabor sin el inconveniente de las sustancias tóxicas surgidas por la cocción a alta temperatura. Las algas son un gran complemento dietético y aportan muchos minerales y vitaminas.

Postre: Las personas que no tengan problemas digestivos u obesidad, así como los niños y mujeres embarazadas o lactantes, pueden añadir un postre a base de fruta, yogurt, queso blanco, compota de manzana, etc. Evitar los dulces. El mejor postre es la manzana.

CENA
1/3 de ensalada.
1/3 de cereales integrales.
1/3 de verdura al vapor.

Los mismos complementos que en el almuerzo.

Otra opción: Fruta del tiempo a la que se puede añadir algún complemento (sopa de copos de cereales, sopa de patata y cebolla, sopa de cebolla con pan integral, sémola integral, pan integral, yogurt, queso tierno, etc)

Este método requiere conocer un poco la forma de cocinar los cereales, legumbres y verduras evitando las altas temperaturas (fritura, horno, plancha, etc.). La mejor forma de cocinar es al vapor. Es conveniente evitar dulces, harinas refinadas, pan blanco, aceites recalentados o refinados, cerdo y derivados, carnes hormonadas, bebidas artificiales y alcohólicas. Preferir frutas y verduras de cultivo biológico.

Artículo proporcionado por la Doctora Montserrat Palacín.
http://free-news.org/index17.htm

Johanna Budwig


Hace más de 40 años, Johanna Budwig, brillante química-farmacéutica y física alemana, encontró que la sangre de pacientes seriamente enfermos siempre, sin excepción, carecía de ciertos importantes elementos esenciales, incluyendo fosfitos y lipoproteínas y que aparecía una extraña sustancia verde-amarillenta. Al cambiarse la dieta alimenticia de estos pacientes para que incluyera aceite de lino y queso tipo Cottage (cuajada), esta sustancia extraña desapareció y fue reemplazada por saludables glóbulos rojos, al tiempo que los fosfitos y las lipoproteínas reaparecieron casi milagrosamente.


La Dra. Budwig ha sido 6 veces nominada para el Premio Nobel, habiendo ejercido numerosos cargos de autoridad como asesora en el Gobierno y en la industria. Sin embargo, su investigación pronto la colocó en situación de enfrentamiento en ambos, tanto con la industria de las grasas y aceites, como con sus aliados dentro del gobierno, quienes impulsaron varios juicios en su contra, los cuales ella siempre ganó. Ahora, a los 90 años, la Doctora aún sigue involucrada en la investigación y en instruir a pacientes y médicos en sus métodos para tratar el cáncer, los problemas cardíacos, diabetes, etc.

Tal como sabemos, los procesos vitales del ser humano dependen en gran manera del rol de la luz y sus transformaciones en fotones, electrones, etc. El aceite de lino es rico en electrones que atraen los fotones solares, de modo que al ingerir aceite de lino también estamos ingiriendo luz. Dice la Dra. Budwig: "no hay nada en la Tierra que tenga mayor concentración de fotones de energía solar que el hombre. Esta concentración de energía solar aumenta cuando ingerimos alimentos que contienen electrones, los cuales, a su vez, atraen las ondas electromagnéticas de los rayos del sol (fotones). Es el ser humano el que encierra en sí mismo el mayor potencial para la energía solar en la Tierra."


Un Dato Interesante: para los indios Cherokee el lino era tan sagrado como la pluma del águila. Creían que esta pequeña semilla marrón capturaba energías del sol que eran vitales para los procesos corporales de la vida, y la usaban para alimentar a mujeres embarazadas, para curar enfermedades de la piel, artritis y desnutrición; incluso se las daban a los hombres para aumentar la virilidad.


Martha Sánchez Llambí
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